¿Por qué mi hijo va mal?

Con una enorme diferencia, lo que más influye son los padres (cerca de un 90% diría yo). Sin embargo, eso no impide que en una familia donde los padres lo hacen bien o muy bien, pueda salir una “oveja negra”: es uno de los riesgos de la libertad.
Sin lugar a dudas, las virtudes de los padres y la lucha seria por vivirlas, es lo que más influye en la educación de los hijos.
Cuando un hijo o una hija, ven en sus padres los iconos que vale la pena imitar, las “tonterías” de la sociedad que les rodea, de alguna manera, les rebotan.
El otro día, un padre de una familia en que los padres lo hacen de maravilla, me contaba lo siguiente. Que Cristina, su hija, le preguntaba porqué se sentía un poco alejada de sus amigos cuando después de cenar con ellos en la pizzeria y pasarlo muy bien, sobre las once, se iban al botellón a alguna discoteca, y ella se iba a casa porque no le apetece ir con ellos, porque no dicen más que tonterías y hacen guarradas.
Quizá la primera virtud a vivir sea la humildad, y con ella la serenidad, que son signos de distinción. No perder nunca el control de uno mismo pase lo que pase. Ya lo he contado en otro artículo (http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=5521). si se da una orden, primero que sea con una simple seña; si uno no es obedecido, con una frase suave pero clara; y si no lo hace, con una frase clara y con cierta dosis de energía. Y si aún así no es obedecido, no se toca más el tema. Y se aplica más tarde –en el momento oportuno–, un castigo proporcionado, en algo que a él o a ella le gusta –y por tanto le sabe mal–, procurando que deduzcan –y si no, se les ayuda un poco–, el por qué del castigo.
Tener una madre y un padre que casi nunca pierden el control, cosa que no es siempre sencillo, es de incalculable valor. Digo “casi nunca” porque somos humanos y en algún momento podemos perder los estribos. A “sensu contrario”, un padre o una madre, que pierden el control ante pequeñas, o menos pequeñas, desobediencias o actuaciones de un hijo, hacen que los hijos les pierdan consideración y en no pocos casos que desprecien toda su escala de valores.
Las virtudes cardinales –de cardo, quicio– son la prudencia, justicia,
La prudencia tiene que llevarnos a no amenazar con cosas que luego no vamos a ser capaces de cumplir, algunas veces por falta de
Tengo la impresión de que se habla bastante de justicia, de prudencia y de
Lógicamente también influye la moderación en la forma de expresar las ideas opinables. No se es templado, si uno se comporta de tal manera que impide que los demás se expresen con libertad.
Creo que la templanza es probablemente una de las virtudes que producen en los hijos una sensación de admiración por sus padres. Esta admiración hará que todo lo que venga de ellos reciba una alta consideración de su parte y sea una gran razón de autoridad moral.
Aticus Finch (Gregory Peck) en "Matar un ruiseñor" es el padre que todos desearíamos tener y el padre que todos querríamos ser.
Con una enorme diferencia, lo que más influye en los hijos son los padres, especialmente si viven la humildad y las virtudes cardinales y en particular la templanza entendida como autocontrol
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